En la segunda fase del proceso de creación y desarrollo de #LaGestiónDelFuturo, Ricardo Aguilar y yo, nos conectamos todos los días de 9:00 a 12:00 h durante un par de meses, para continuar con el desarrollo estratégico del proyecto. Uno de los modelos que me presentó con todos sus detalles fue el de los Scouts. Dado que desde niño formó parte de dicho grupo, le pedí que me explicara la estructura interna, pues la intuición me decía que ese podría ser un modelo sólido que podríamos replicar para construir las bases de nuestra naciente comunidad de práctica.
Estas fueron mis preguntas: ¿Cómo está construido el modelo de los Scouts para lograr generar tanta empatía y cohesión de los participantes con el proyecto?; ¿Qué hábitos de acción comunitaria se construyen siendo Scout?; ¿Por qué mi suegro a sus 77 años sigue aplicando los rituales que aprendió en los Scouts con sus nietos? ¿Por qué todos los sábados los veo en los parques, jugando y divirtiéndose con retos físicos? Algo debe haber en su estructura que es valioso para todas esas personas.
Lo que descubrí, entre muchas otras cosas, es un concepto que hoy nos puede parecer común y accesible: la gamificación. El cual me fue explicado y expuesto con todos sus detalles por Ricardo, quien desde hacía tiempo conocía el término, gracias a uno de los miles de cursos que ha tomado en línea, como parte de su proceso de autoformación; además de su carrera como bailarín de la Academia de la Danza Mexicana. Y eso que sólo tiene 23 años!
Los Scouts construyeron una dinámica de acción que se convirtió en un hábito para millones de personas en el mundo. Implementaron una especie de juego incluyente, lleno de retos por cumplir y logros por alcanzar, los cuales son premiados con insignias. Dicha acción fungió como recompensa, lo cual terminó de consolidar el hábito en los participantes, quienes pasan semana tras semana con tareas por cumplir, las cuales llevan a cabo con un rigor impresionante; tareas que tienen que ver con hacer el bien a los demás o con el cuidado de la naturaleza.
En paralelo a los Scouts, estudiamos el modelo de comunidad de práctica implementado por Spotify y descubrimos que la solución colectiva de problemas comunes era una de las tareas que más efectos positivos tenían en el desempeño de la comunidad, pues desde un lugar más horizontal y transversal, lograban solucionar problemas de manera más efectiva y lo que es mejor, forjaban relaciones humanas más estrechas, sin dejar el profesionalismo requerido.
Como parte de la misma investigación, saqué de mis archivos guardados la bibliografía que se me compartió en mi Licenciatura en Educación Artística; y llegué al texto raíz de Ettiene Wenger, considerado el fundador de la teoría de las comunidades de práctica. Uno de ellos lo expone de una manera muy clara.
Las comunidades de práctica son importantes porque:
– Conectan a las personas
– Proveen de un contexto compartido
– Posibilitan el diálogo
– Estimulan el aprendizaje
– Introducen a procesos colaborativos
– Ayudan a la gente a organizarse
– Generan nuevo conocimiento
Otra parte de la teoría sugiere un ciclo de vida en fases que incluyen: Preguntar, Diseñar, Prototipar, Lanzar, Crecer y Sostener.
A estas alturas, justo pasábamos por la fase de creación de prototipos, los cuales, semana a semana fueron presentados por Ricardo en un ejercicio de síntesis y de pitching, una de las prácticas más practicadas de esta comunidad de práctica (valga la triple redundancia).
Fue entonces que tuve una de esas abducciones contundentes que nos ayudó a construir la estructura de los distintos “niveles” del proyecto, esto gracias a uno de los avances presentado por Ricardo, que planteaba un paralelismo con el modelo de los Scouts en cuanto a la evolución de rangos.
Lo que apareció como una epifanía, es lo que hoy llamamos la Metáfora General de #LaGestiónDelFuturo, la cual enuncia lo siguiente:
“Vamos a fundar un país llamado FUTURO en el que existan nuevos territorios laborales que enriquezcan los flujos económicos de las artes escénicas de México, generando trabajos permanentes para los diversos actores de las artes escénicas y la gestión cultural a través de una Comunidad de Práctica intergeneracional y una Plataforma de Aprendizaje digital, que ofrecerá un programa académico con 4 ejes de especialización: Gestión Cultural Internacional, Escena Contemporánea, Semiótica y Marketing, para la conformación de un batallón nacional de 320 jóvenes agentes culturales de entre 18 y 30 años"
Entonces no serían niveles por conquistar, sino, Territorios por recorrer. Los cuales, hoy conforman los 3 territorios fundamentales del programa:
Territorio PRANHA (de Prácticas y nuevos hábitos)
Territorio PRIZA (Pragmatista, Rizomático y Abductivo) Aludiendo al Modelo PRIZA, mencionado en la primera parte de esta historia.
Territorio P(R)OEMA (Propulsión de empleo y empresas artísticas)
Cada uno de estos Territorios los explicaré en la tercera parte de esta historia que apenas comienza a escribirse.
Eleno Guzmán Gutiérrez
Guadalajara, Jalisco | 27 de enero de 2021
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